El COVID-19 ya nos ha infectado a todos, aunque no tengamos fiebre, aunque no hayamos viajado a la zona cero: si no se ha habla de otra cosa, no se piensa en otra cosa, es que ya lo llevamos dentro…pero no en los pulmones, sino en la cabeza.
No pretendemos quitarle hierro al asunto, ni tampoco somos voces médicas acreditadas ni oficiales para hablar de las consecuencias para la salud. Con esta entrada solo queremos hacer una pequeña reflexión desde el punto de vista del individuo, cuyas rutinas se están viendo alteradas por la situación en sí, y por el incremento del nerviosismo y casi psicosis en la que todos estamos inmersos.
Hay mucha (demasiada, constante, incesante) información alrededor de este tema y, como se suele decir, los árboles no nos dejan ver el bosque. Es cierto que hay una epidemia, es cierto que provoca neumonía, es cierto que se transmite con facilidad…pero también es cierto que cada uno de nosotros tenemos herramientas para frenar su expansión, y la responsabilidad de ponerlas en práctica: ¡seamos como los superhérores y luchemos todos a una!
La principal de las armas con las que contamos es la mesura, acompañada de la educación y el sentido común:
MESURA: recurramos a fuentes oficiales y pongamos en práctica las recomendaciones que nos dan, pues, como hemos comentado, ayudarán a contener la expansión (no a curar, pero sí contener, a frenar, a evitar que tenga más presencia, que no es poco).
EDUCACIÓN: seamos críticos, sepamos distinguir entre lo que está en nuestra mano hacer y lo que no, y expliquémoselo a nuestros hijos: somos el espejo en el que se miran, en este tema también. Expliquémosles que lavarse las manos de forma correcta es fundamental, que el jabón que hay en los aseos del cole no es para jugar, y que, como pasa con cualquier virus, una correcta higiene es clave para evitar que nos afecte (¿o es que no les hacemos lavarse las manos cuando vuelven de jugar en el parque, o antes de comer, por ejemplo? Pues en este escenario, con algo más de frecuencia).
SENTIDO COMÚN: El COVID-19 es un virus hasta ahora desconocido; y lo desconocido, nos asusta hasta que no lo controlamos. Hasta que no desarrollen la vacuna, no hay otra, lo sabemos todos: hay que extremar la higiene sobre todo de las manos. Insistimos, no estamos quitándole importancia, pero debemos de ser conscientes de lo que podemos aportar para mejorar (o no empeorar) la situación.
Las autoridades deben hacer su parte, claro está, pero cada uno de nosotros debemos de hacer la nuestra. Todos somos potenciales transmisores del virus: en nuestra mano está (nunca mejor dicho) ayudarle a que siga propagándose o no.
MÁS INFO:
- Ministerio de Sanidad (información sobre el COVID-19)
- Consejería de Sanidad
- Twitter de MurciaSalud
- Télefono de información sobre COVID-19: 900 12 12 12