Las prisas no son buenas y más aún si las aderezas con improvisación. Eso es lo que está haciendo la Consejería de Educación en estos últimos días. Como un mal estudiante (ese a quien se supone que los planes de Educación deben de ir rescatando): se lo ha dejado todo para el último momento y mal preparado. Lo tremendo es que las decisiones de las autoridades competentes, modificaciones de las decisiones, re-modificaciones y más allá afectan / perjudican / trastornan directamente a las familias y al profesorado.
¡Claro que se debe de trabajar por una educación presencial! ¡Claro que esta situación requiere sobreesfuerzos! Lo que no está tan claro es por qué ese trabajo, ese esfuerzo, esa presión recae siempre en los mismos. No es de recibo que jueguen así con la organización del tiempo de las familias, con sus empleos, con sus capacidades económicas y sociales. Los padres y madres que trabajan, trabajan, tienen un horario que cumplir, unos objetivos que alcanzar, unas cuentas que rendir a quien les paga el salario (un salario del que depende su familia). No puede ser que cuando redactan una norma, no se paren ni un segundo a pensar en las miles de personas que se ven afectadas por ella y no legislen de forma coordinada en cuanto se tratan estos temas tan sensibles. No puede ser que sean tan obtusos que no caigan en que para que una mesa se sostenga hacen falta al menos tres patas y que con esta gestión están quitando una de ellas para poner aire.
No nos afecta solo a las familias (madres, padres y alumnos): los maestros, profesores y personal no docente de los centros educativos están trabajando a contrarreloj y haciendo encaje de bolillos para intentar cumplir con las directrices que sus superiores les han marcado, sin medios humanos ni materiales suficientes, y si atisbo de que esas dotaciones mejoren.
Pues bien, desde aquí queremos dejar claro que no “nos chupamos el dedo”, que la vuelta al cole es segura sobre papel y que lo sería sobre el terreno si quienes redactan leyes y administran presupuestos hubieran hecho bien su labor.
Eso sí, también queremos dejar muy claro que tenemos el mejor equipo docente imaginable en nuestro colegio “Vicente Ros”, pues el amor por su profesión y por sus alumnos (nuestros hijos) les está costando su tiempo y su trabajo (más allá del «obligatorio» u «oficial»), empleándolos en sacar adelante este incierto curso escolar.
¡Gracias, maestros, gracias! ¡Ánimo, familias, ánimo! Vayamos todos a una, porque tenemos claro que lo primero es la educación y la salud de nuestros hijos, aunque haya gente que se empeñe en lo contrario.